Tan prolífera resulta nuestra cultura que, a ratos, perdemos el rastro de los hombres entregados a ella, sin esperar nada a cambio, siquiera la mención de su nombre. Triste realidad derivada de una comunicación regida por la moda, la mercantilización –incluso en Cuba–…, y que, por ende, vuelven irreconocibles a los verdaderos artistas.
De ahí que nos tome, casi por sorpresa, la impronta de otro hijo de Cienfuegos: Alfredo Portela López, de relevante itinerario en el entorno flautístico habanero de las últimas cinco décadas.
Según Iya Adelínovna Sa y Pablo A. Suárez Marrero, profesores del Conservatorio Amadeo Roldán, «pretender el acercamiento al quehacer artístico de esta figura constituye un reto en la medida en que las distintas facetas de su trayectoria artística –instrumentista, profesor de flauta y compositor– no se pueden desgajar una de otra, pues han convivido en estrecho vínculo a los largo de todos estos años».
De jardinero en el círculo social Camilo Cienfuegos, de La Habana, Portela comenzó su carrera profesional en la década del 70, al integrar importantes agrupaciones y enrolarse de lleno en la labor docente. A ese tiempo en el magisterio, extendido hasta 2010, debe la música cubana la excelencia de Lucía Huergo o Javier Zalba, alumnos del cienfueguero.
Fundador del dúo Cervantes, proyecto de música de cámara, un sinnúmero de premios confirman la calidad interpretativa del flautista, aunque el mayor legado se registra en la 25 composiciones de su autoría, las cuales van de lo popular (11 obras) a lo instrumental (14), en un sentido de inclusión no siempre avistado.
«La calidad y valor musical de las primeras (…) se encuentran altamente avaladas por los nueve premios obtenidos en su conjunto. No obstante, sus otras catorce composiciones han encontrado, principalmente entre los estudiantes de flauta de todos los niveles de la enseñanza artística, el medio propicio para una difusión no editorial, en aras de llenar un vacío dentro del repertorio impreso de la música cubana», comentan Adelínovna Sa y Suárez Marrero.
Así se nos presenta la figura de Alfredo Portela López, un desconocido para muchos cienfuegueros, al que, sin embargo, guarda la cultura cubana un espacio, porque su innegable talento en la flauta no tiene permiso para morir perdido.(Tomado de 5 de septiembre)
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