Andrea O’Reilly: una cubana pasada por agua

Aun cuando la lectura de su ponencia sobre arte cubano hecho fuera de la Isla la delató como una angloparlante, Andrea O’Reilly se negó a encasillarse en una nacionalidad. «Soy una mezcla de raíces …», dijo la investigadora de la Universidad de Colorado, Estados Unidos, quien participa en el evento internacional Visuarte 2015 en Cienfuegos.

La académica concentró su teoría en responder aquella vieja pregunta que ha sido objeto de numerosas discusiones entre críticos-artistas-instituciones:¿Puede hacerse arte cubano fuera de Cuba

«Mi investigación sobre el discurso diaspórico cubano intenta expandir y ampliar una aproximación teórica a la subjetividad de esos artistas, que toma en cuenta la fluidez y aspectos mutantes de la subjetivadad contextual o fija. Repiensa las formaciones transnacionales al usar el lente de la expresión cultural visual.

 

«La retórica de la experiencia diaspórica cubana se ha construido siguiendo conceptos polarizados de hogar y nación altamente politizados. Gran parte de ese discurso dominante ha versado entorno a conceptos de nación y de cultura”, afirmó O’Reilly Herrera en defensa de sus resultados al estudiar 40 artistas de la plástica que producen fuera de Cuba.

Lo interesante del tema viene, además, en el fluido intercambio que se gestó entre creadores y críticos una vez que avanzaba la ponencia de la Dra. Andrea.

«De alguna manera todos los esfuerzos de la diáspora cubana y sus expresiones culturales se miden consciente o inconscientemente con la ausencia de la Isla (…) Desde la colonia la nación se convirtió en un espacio de convergencias, un lugar de interacciones migratorias e intercambios. En consecuencia, la cultura cubana está estatificada por múltiples influencias diversas y a la larga eso define a la Isla.

«Así como Cuba y su gente han absorbido y han sido transformadas desde diversas influencias y elementos culturales; también se ha convertido en una nación móvil, un espacio de apertura y continuidad, resultado de continúas migraciones y esparcimientos hacia el exterior.

«No pretendí con el estudio establecer diferencias entre los que están y los que se fueron (…) Hay elementos, formas y ritmos que eran casi iguales a los que formaban la vanguardia artística en Cuba. También había símbolos distintos, y solo quería contemplar”, contemplación hecha libro para el disfrute de quienes estudian el arte cubano desde la pluralidad y unificación de conceptos.

«Siempre estamos desfilando sobre la Isla. Mi conclusión es que Cuba está en todos lados. Al visitar los parques, museos y lugares de los cuales me hablaban mis abuelos tuve ganas de llamar a mi madre de casi 90 años (…) A mi me concibieron en esta tierra, así que soy cubana pasada por agua, de ahí nace, quizás mi mayor motivación por investigar lo que se produce fuera de esta Isla, que por cierto, es muy buen arte», agregó la académica en forma de cierre, mas todos sabemos que de esa realidad nunca se podrá desprender.

(Tomado de Cinco de Septiembre)

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