Benny, el lajero inmortal, homenajeado en Festival

Del poblado cienfueguero de Santa Isabel de las Lajas vino y a éste volvió para quedarse en una tumba que no porque lo cierre lo clausura al mañana -todo lo contrario- Maximiliano Bartolo Moré, conocido mundialmente como Benny Moré, el Bárbaro del Ritmo.

Al cantor de ese imperecedero estribillo, «Santa Isabel de las Lajas, lajero», y de tantos otros a tantas ciudades cubanas; a tanto sentimiento… le rinde homenaje el Festival de Música Popular Benny Moré, que hasta el domingo transcurre en Lajas y Cienfuegos

El sentimiento general en Lajas es que este año se ha hecho sentir el evento y en el pueblo quedó la imagen indeleble de la peregrinación desde el café Cuba, uno de los lugares que frecuentó el Sonero Mayor para realizar descargas con artistas y amigos, hasta al cementerio local, en la que músicos, familiares, y una amplia representación del pueblo lajero fueron entonando temas inolvidables del repertorio de su hijo más ilustre.

La gloria del Sonero Mayor la justiprecian ellos, como todos los nacionales y también los extranjeros, al comprenderse que elevó a Cuba en el panteón sonoro latinoamericano y en el acervo cultural de la región.  

El lajero eterno cuenta con innumerables fieles en el subcontinente; sobre todo en México, donde transcurrió parte de su obra artística, y en otras áreas del Caribe.  

Su sonoridad, don puro ajeno al artificio escolástico, rompió moldes y burló conceptos de academia. Empírico a pulso, pero con un talento genial, Benny Moré se instaló en la colina de los grandes, a la cual subió con el derecho que le asiste al genio.  Este evento ha dejado claro que todavía hay mucho que descubrir de Benny (el Coloquio resultó una muestra de ellos) en la mayoría de sus facetas, y de forma especial en la música, en la cual brilló y por la cual no inmortalizó, inmortalizándose.

(Tomado de Cinco de Septiembre)

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