Corales y despedidas en el 36 Festival

El Premio Coral al mejor largometraje de ficción en el 36 Festival Internacional del Nue­vo Cine Latinoamericano, fue entregado ayer a la película cubana Con­ducta, de Ernesto Daranas, duran­te la clausura del evento en el Cine Chaplin de La Habana, mientras que el premio del público correspondió al filme cubano Vestido de Novia, ópera prima de Marilyn So­laya.

Los países más galardonados fue­­ron Argentina, Brasil y Cuba, los cua­les obtuvieron algunos de los re­conocimientos más importantes del Festival, entre los que se encuentran los Corales de Fotografía (Re­fu­gia­do), Dirección y Edición (Re­latos salvajes), Guion (La tercera orilla) y Música original y Sonido (Praia do futuro).

 

En cuanto a las actuaciones, el premio correspondió a Armando Val­dés Freire, Chala, del filme Con­ducta, y a Geraldine Chaplin, por su in­terpretación en Dólares de arena.

En Documental, Silvia (corto o mediometraje), de Chile y La muerte de Jaime Roldós, de Ecuador, se alzaron con los corales, mientras que el de Ópera Prima correspondió a la película mexicana Güeros, y el de Animación a Meñique, de Er­nesto Padrón.

El premio de postproducción Nu­e­s­tra América Primera Copia, por el cual competían seis largometrajes y un documental, fue compartido por El primero de la familia (Chile) y Clever (Uruguay), mientras que el FIPRESCI, otorgado por la Federa­ción Internacional de Pren­sa Ci­ne­matográfica fue conferido a Ma­tar a un hombre, película del chi­leno Alejandro Fernández Al­mendras.

Durante la clausura, Iván Gi­roud, director del Festival, destacó la im­portancia de las proyecciones en la pantalla móvil por diferentes mu­nicipios de la capital, iniciativa re­to­m­ada de otras ediciones que pretendía devolver al público el interés por nuestro cine, dijo.

Luego de diez días de salas abarrotadas y realidades latinoameri­canas convertidas en cine, el Festi­val se despidió de La Habana y su pú­blico, para regresar el año próxi­mo como lo que es hoy —en palabras de su director Iván Giroud—, “un taller permanente de proyec­to­s, un espacio de confluencias im­prescindi­bles para construir alianzas, para in­tercambiar experiencias y para descubrir cuánto debemos avanzar”.(Tomado de Granma)

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