«Cuba para mí es la dirección de mi corazón»

En enero de 2019 La Habana y Santiago de Cuba volverán a ser capital del jazz en el mundo, cuando entre el 14 y el 20 tenga lugar la 34 edición del Festival Internacional Jazz Plaza 2019, el cual se ubica desde hace años entre los mejores de su género en el planeta.

Entre los jazzistas que asistirán se encuentra el pianista Arturo O´Farrill Valero, hijo del mítico músico cubano Arturo (Chico) O´Farrill (1921-2001), quien como trompetista, arreglista y director de orquesta dejó una huella imperecedera en la historia de la música nacional.

Nominado en seis ocasiones a los Premios Grammy, el cual ha ganado en cuatro oportunidades –la primera con su álbum Song for Chico, en el 2009; la segunda con The Offense of the Drum, en el 2015, la tercera con Cuba: The Conversation Continues, en el 2016 y la cuarta con su pieza Tres Revoluciones del álbum Familia-Tributo a Chico y Bebo, en el 2018–, Arturo fue uno de los invitados a la ceremonia de izaje de la bandera cubana en la reapertura de la Embajada de Estados Unidos en La Habana, el 14 de agosto de 2015, luego del acuerdo para el restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre ambas naciones tomado por los entonces presidentes Barack Obama y Raúl Castro Ruz.

Ante la proximidad de su nueva visita a la Isla, lo cual se ha vuelto recurrente desde el 2002, Granma conversó vía correo electrónico con este destacado músico, quien en muchas ocasiones ha manifestado por propia convicción su amor por Cuba.

En enero de 2019 usted participará en una nueva edición del Festival Internacional Jazz Plaza, ¿vendría solo, con su Afro Latin Jazz Orchestra o con algún otro formato?

– Voy a llevar un grupo pequeño. Tengo a mis hijos Zacarías, en la batería, y Adam, en la trompeta. Vamos a aumentar el conjunto en La Habana con músicos de Cuba para hacer música de Big Band en un concierto especial que se llama Adelante, Cuba, donde participarán además la Camerata Romeu, que dirige la maestra Zenaida Romeu, el trompetista Yasek Manzano, la cantante Telmary Díaz y otros invitados.

Usted vendrá a inaugurar el Festival en Santiago de Cuba…

– Estoy muy emocionado de trabajar en Santiago con los Muñequitos de Matanzas y la Conga de los Hoyos. A los Muñequitos los quiero mucho desde hace años. También voy a dar un concierto con mi gran amigo Marcos Antonio Fernández, el gran pianista de Palma Soriano, quien toca con Eliades Ochoa. Espero tener una descarga con el saxofonista Juan Chacón, director de Sax magic quartet (cuarteto de saxofones de Santiago de Cuba).

¿A qué se debe la recurrencia de sus visitas a Cuba?

–Desde la primera vez que me invitó Chucho a tocar en Cuba, yo siento cuando llego que es mi país natural. Yo sé que no nací allí, pero hay algo en el ambiente que me parece muy familiar. No hay ningún lado en el mundo (y viajo constantemente) en donde me sienta mejor.

– ¿A qué nivel cree que está el jazz cubano en estos momentos?

– El cubano es el jazz más informado del mundo.  Sin entender los ritmos afro no se pueden comprender las raíces del Jazz.  No hay Latin Jazz, no hay Jazz norteamericano.  Solo hay música que hemos heredado de África y, en mi opinión, los músicos más adelantados en el jazz entienden eso.

¿Qué jazzistas cubanos actuales usted considera que son los más destacados?

– Muchos de mis músicos favoritos son cubanos.  David Virelles, Fabián Almazan, Dafnis Prieto, Yosvany Terry, de la nueva generación, y seguro que uno de los más importantes músicos de nuestro tiempo es Chucho. Me llevo muy bien con el maestro y con su familia, que son gente que admiro mucho.

En mayo usted se presentó en el Kennedy Center y apoyó allí a nuestra delegación artística, ¿cuál es su opinión acerca de la posición actual del Gobierno de Estados Unidos de prohibir o entorpecer el intercambio cultural entre nuestros dos pueblos?

– Estados Unidos está pasando por un momento muy feo. El presidente está en contra del progreso y es una persona que está creando mucha división y racismo. El bloqueo a Cuba es una de las cosas más violentas del mundo. Representar a mi gente en el Kennedy Center y hablarle al público de la belleza de Cuba, y de lo que Cuba puede enseñar a Estados Unidos fue un acto de orgullo que nunca voy a olvidar.

¿Es verdad que el padre de su papá Chico es natural de Tapaste, en la
actual provincia de Mayabeque?

– Mi abuelo y mi gente vienen de Tapaste. El nombre de él era Ricardo.  No estoy seguro de eso porque nunca lo conocí y mi papá hablaba muy poquito de su familia.

¿Desde cuándo las cenizas de Chico, su padre, y de Lupe Valero, su mamá, descansan en el cementerio de Colón, en La Habana? ¿A qué obedece esta decisión?

– Llevé las cenizas de mi papá al cementerio de Colón hace dos años y las de mi mamá en junio de este año. Te digo mi sueño: un día quisiera vivir en Cuba.  Yo sé que mi papá extrañó mucho a su tierra natal y mi mamá la quería mucho.  Yo me siento más cómodo en Cuba.

Usted nació en México, ama a Cuba y vive en Nueva York, ¿qué hace para mantener vivo estos tres amores?

– El amor es muy complicado. Tengo a mis hijos en Nueva York, la mamá de ellos es de allí.  Mi corazón se siente cubano, pero también tengo sangre mexicana.  Yo pienso que siempre voy a estar confundido, pero es una confusión muy rica y de mucha alegría.

¿En qué proyecto trabaja actualmente?

– Estoy escribiendo una ópera que se llama Lucero. Se trata sobre un ecuatoriano que lo mató un joven de Long Island en un crimen de odio. Quiero enseñar que la muerte es un ejemplo del efecto de la lucha económica que tienen muchos americanos por la codicia de los bancos y del Gobierno.

Sus hijos Adam y Zacarías han seguido el camino de su abuelo y el suyo. ¿Cree que ellos seguirán queriendo a Cuba como lo ha hecho usted?

– Cuba para mí es la dirección de mi corazón. Yo pienso seguir viajando a Cuba y vivir un día allí con mi gente. Y sé que mis hijos aman a Cuba con todo su corazón también.

(Tomado de Granma)

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