Por primera vez dos cubanos, el escritor Miguel Barnet y el músico Eliades Ochoa, fueron distinguidos con el Latin Awards Canadá por la obra de la vida, lauro que resalta los más significativos aportes de artistas, intelectuales y medios de comunicación del ámbito latinoamericano y caribeño, y su incidencia en la vida cultural de la nación norteña.
En una gala realizada en el teatro Rialto, de Montreal, el premio llegó a manos del autor de Biografía de un cimarrón en virtud de su trayectoria como investigador y promotor de la cultura popular cubana, mientras que en Ochoa se reconoció su entrega a la difusión de la música tradicional de su país a lo largo de seis décadas.
Fue la cuarta vez que este evento se realiza con el objetivo de reconocer el trabajo de artistas, activistas artísticos y culturales, medios de prensa y comunicadores, entre otros líderes de la comunidad latina en Canadá.
De manera puntual se entregaron 26 premios que exaltaron los mejores de-sempeños anuales, pero en el caso de Barnet y Ochoa los organizadores quisieron poner de relieve ejecutorias que van más allá de un limitado plazo temporal y dejan huellas perdurables en la construcción de un imaginario cultural.
En Barnet, además de su contribución a la literatura testimonial, hicieron énfasis en sus valoraciones sobre procesos y figuras esenciales de la cultura cubana que han alcanzado relieve internacional, como la rumba, la recuperación del teatro vernáculo (fue guionista del filme La bella del Alhambra, muy celebrada en Canadá), Rita Montaner, Bola de Nieve, Merceditas Valdés y Pablo Milanés.
Con sus casi 30 álbumes, varios de ellos premiados fuera y dentro de la Isla, y el aval de su labor con el cuarteto Patria y Buenavista Social Club, Eliades es considerado en Canadá como un auténtico embajador de la tradición sonera y trovadoresca de su país natal.
Esa condición le valió ser escogido para protagonizar uno de los momentos cenitales de la gala de premiación. Los sones de Eliades, de puro sabor santiaguero, fueron coreados por el auditorio.
Desde República Dominicana llegó con su impronta bachatera el cantante Elvis Martínez, mientras el ídolo local Étienne Drapeau cumplió con las expectativas del público.
Al comentar la importancia del reconocimiento, Barnet expresó: «No lo veo como una distinción personal, sino como un aval a lo que Cuba representa en el mapa de una nación multicultural, donde los latinoamericanos y caribeños cuentan con un legado apreciable. Es a la vez una señal de lo mucho que debemos hacer para que esa presencia sea mayor en los próximos años».
Por su parte, el Latin Award Canadá confirmó en Eliades una convicción: «La música cubana es uno de los grandes emblemas de nuestra nación. Cuando me paro en un escenario sé de antemano con cuánto calor y respeto me recibirán, no por mí, sino por lo que represento».
(Tomado de Granma)
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