¿DONDE ESTÁ LA CRÍTICA? UN ASUNTO PENDIENTE

¿DONDE ESTÁ LA CRÍTICA? UN ASUNTO PENDIENTE

Valorar la crítica artística-literaria y a quienes la ejercen, encontrar los espacios para que la opinión especializada llegue con urgencia al público y de esta forma contribuir a la formación y gusto estético del cubano, son algunos de los temas latentes que nos hacen acercarnos, pocos días antes del VIII Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, a Jaime Gómez Triana, presidente de la Sección de Crítica e Investigación Teatral de la Asociación de Artistas Escénicos de la organización.

 

-El tema de la crítica ha sido muy abordado tanto en las asambleas provinciales como en las reuniones de las Asociaciones nacionales. ¿Qué importancia le otorgas a la crítica cultural?
-Cuando hablamos de la crítica artística-literaria estamos, sin dudas, subrayando el papel de las jerarquías culturales. Nos preguntamos qué es lo más notable, qué es lo que está en línea con una tradición cubana, dónde hay mayor exploración y riesgo.

“La crítica tiene la posibilidad de establecer esas jerarquías, de valorar los procesos de desarrollo artístico al interior de los procesos culturales, de enlazar esos procesos particulares de creación con la tradición y con lo mejor del quehacer a nivel internacional. En esa misma línea, la crítica es también formadora de público y del gusto estético en sentido general.

“Estamos muy necesitados de que haya espacios para la crítica especializada, para que pueda existir realmente ese intercambio, que en algún momento, creo floreció en el caso de la crítica cinematográfica, a partir de diversos espacios en la televisión, como por ejemplo aquel gran programa (24 X Segundo) de (Enrique) Colina que formó a tanto y tantos espectadores cubanos. Espacios como ese faltan en otras manifestaciones. Es cierto que hay espacios habituales, sobre todo en los medios de prensa, para la promoción de la música y la plástica, pero falta una real mirada especializada”.

-¿Es solo cuestión de espacio la escases de una crítica cubana?
-Creo que tenemos espacios de formación para los críticos, tanto en la Universidad de las Artes —con muy buen nivel en las carreras de Musicología y de Teatrología—, como en la Universidad de La Habana, donde se forman filólogos e historiadores del arte. Espacios de formación que existen además en otras universidades del país donde se estudian estas carreras del área de las humanísticas. Hay talento formándose y hay condiciones para ello, pero han cambiado las dinámicas de relación entre la producción artística y las instancias de jerarquía.

“A veces la jerarquía del mercado es la que empieza a imponerse. A veces lo popular marca el curso de lo que se comenta en la calle y de lo que más se promociona en los medios. Eso conforma un espectro donde suelen tambalearse un poco las jerarquías de calidad. Siento que a veces los críticos se van replegando ante la falta de un diálogo permanente con el público y los creadores desde espacios legitimados para la propia existencia de esa interrelación. No hablo en términos homogéneos, porque creo que cada una de las manifestaciones tiene sus dinámicas particulares y así habría que verlo.

“Aunque me parece que sí existe agotamiento de la crítica. Muchas veces las instituciones tampoco toman en cuenta la opinión especializada para trazar políticas, líneas de desarrollo o jerarquizar procesos creativos. Y en ese sentido también hay a veces un poco de apatía”.

-Jaime, en el caso de la crítica teatral, ¿cómo es la relación de la opinión especializada con el teatro cubano?
-Hay buenas dinámicas de diálogo entre la crítica y los creadores de más nivel y talento, aunque uno siente que faltan espacios en los medios para la difusión de lo mejor. En ese sentido la Sección de Crítica e Investigación Teatral de la UNEAC entrega un premio anual para establecer jerarquías en el teatro cubano, el Premio Villanueva. Éste reconoce a los mejores espectáculos, tanto nacionales como internacionales.

“Nuestros críticos están también en los espacios de formación, por ejemplo en el Instituto Superior de Arte. Y existen otros espacios académicos de investigación. Pero uno de los problemas pudiera ser que las revistas especializadas no salen en tiempo, y entonces el público no conoce la opinión sobre determinado espectáculo cuando la necesita”.

-¿Cuáles serían otros aspectos a tener en cuenta para dar más espacio a la crítica, basándonos en las planteamientos en las asambleas provinciales y en la de la Asociación de Artistas Escénicos?
-Un elemento básico es el Derecho de Autor. Sus tarifas fueron fijadas hace más de 20 años, por lo que no se corresponden con el momento actual que viven las personas y que vive el país.

“Aun así existe una responsabilidad en los críticos cubanos, un compromiso con los procesos artísticos. Solo pienso que ese proceso debe ser más cotidiano para que llegue mejor a los públicos. Le toca entonces al Consejo Nacional de las Artes Escénicas valorar más el papel del crítico, tenerlo más en cuenta a la hora de pensar los procesos artísticos de la cultura, los festivales. No es que no tengamos presencia en las instituciones, pero a veces las decisiones no se toman desde la responsabilidad del crítico, como persona o grupo, con opinión especializada y con la capacidad de articular un consenso. Falta que la crítica sea valorada en ese sentido”.(Tomado de la página de la UNEAC)

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