Desde el 18 de abril en el Muelle Real de Cienfuegos se emplazaron varias piezas de gran formato como parte de la decimotercera Bienal de La Habana. Sobre la repercusión de este evento entre los artistas y el público versa el siguiente reportaje de la periodista Anay González, dividido en varios fragmentos.
Poco a poco el ajetreo disminuye, se desdibujan los ecos, el increíble atractivo de la novedad, el impacto visual.
Y es que las piezas emplazadas en el Muelle Real de Cienfuegos exhiben ya las huellas del paso del tiempo y por qué no, también de la desidia y la indiferencia.
Sin embargo han sido más las muestras de cariño, de pertenencia, de orgullo.
Massiel Delgado Cabrera es historiadora del arte y curadora. En entrevista ofrecida a Perlavisión explicó que en sus años de experiencia como profesional nunca había presenciado tanta afluencia de personas a una muestra expositiva. Luego de ese momento inaugural los cienfuegueros han continuado regresando al muelle, interactuando con las piezas, cómo señal de su interés, de su aprecio por la calidad de las mismas.
Ya el laberinto de Camilo Villalvilla no está en el Muelle. Su autor asegura que participar del capítulo cienfueguero de la Bienal aportó además de reconocimiento, una nueva manera de intercambiar con el público.
Tampoco el Piano de Adrián Rumbaut flota en las aguas de la Bahía. Sus teclas siguen allí, aferrándose un poco más a la memoria.
“Ahora “Ecos al paso” se encuentra completamente sobre el muelle y si bien eso cambia el diseño original creo que lo importante es que al público le gustó la obra y pudo interactuar con ella de la mejor manera posible”, añadió este creador.
Pero no son estas las únicas piezas del Proyecto Mar Adentro expuestas durante a decimotercera Bienal de La Habana, evento que por primera vez llegó a la Perla del Sur. En próximos reportajes conoceremos sobre el impacto de ese suceso cultural.
(Tomado de Perlavisión)
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