El buen sabor de la mezcla de arte culinario y música

En Cienfuegos, cuna de artistas de renombre universal y de platos típicos de la culinaria cubana se desarrolló un singular concurso con el nombre de Que tenga sabor, título de uno de los temas de la orquesta Aragón, surgida en 1939 en este territorio.

Crear y recrear obras musicales inspiradas en la cultura culinaria cienfueguera fue uno de los objetivos del evento, celebrado en ocasión de la jornada por el cumpleaños 195 de la fundación de la otrora colonia Fernandina de Jagua.

 

Chef de varios restaurantes y destacados músicos participaron en esta convocatoria, promovida por la Empresa Comercializadora de la Música y los Espectáculos Rafael Lay, las Asociaciones Culinarias de la República de Cuba y la de Comunicadores Sociales, la revista Excelencias Gourmet, entre otras instituciones.

“Paladar Ambrosía”, de Rosa Campos; y  “Puerta abierta”, de la compañía de baile flamenco de Joel Zamora, estuvieron entre las obras musicales distinguidas por el jurado.

Agrupaciones folclóricas de esta provincia del centro sur de Cuba deleitaron también a los presentes, quienes disfrutaron de la presentación de platos y bebidas vinculados a la religión afrocubana.

Alicia García García, directora del proyecto visual Gourmet, impartió la conferencia  “La música cubana y los textos culinarios”, en la cual rememoró piezas antológicas que recrean platos tradicionales de este archipiélago caribeño. Una vez más, volvimos a escuchar el son Échale salsita, de Ignacio Piñeiro, los Tamalitos de Olga, compuesta por Félix Reina, y a Pedrito Calvo cantando El negro está cocinando.

En el concurso compartimos con Rosa Lay Bravo, hija de Rafael Lay, quien manifestó a Cubarte su satisfacción por este concurso que lleva el nombre de una de las composiciones de la orquesta que su padre dirigió hasta su fallecimiento en 1982.

Entre los platos premiados aparecen “Luna cienfueguera”, de Santiago Arrechea, título de una de las canciones antológicas dedicadas a la Perla del Sur, y  el coctel Benny Moré, elaborado por el joven Salvador Martín, en recordación del Bárbaro del Ritmo.

Un buen sabor dejó este singular concurso, que el próximo año volverá a combinar el arte culinario con melodía, armonía y ritmo.(Tomado de RCM)

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