El hechizo del circo

El circo es un imán. Es uno de esos espectáculos en que verdaderamente se mezclan el interés, la alegría y la atracción de grandes y pequeños. Tiene un hechizo especial.
 
De larga tradición, ha devenido una forma clásica de diversión. Es mejor olvidar ciertos orígenes en los “circos romanos” y sus crueles peleas entre gladiadores y fieras. Mejor recordar que los antiguos saltimbanquis, juglares y magos son precursores de los artistas de circos actuales, entre ellos el payaso, o clown, gran estrella entre los niños con sus chistes, pantomimas, piruetas y hasta números musicales.
En Cuba, el arte circense tiene décadas de existencia y en septiembre de 1977 se fundó la Escuela de Circo como parte de la Escuela Nacional de Arte que, a las buenas condiciones físicas y conocimientos técnicos dadas a los jóvenes artistas, suma los criterios modernos del circo, incluido el concepto de que la pista es similar al escenario.
 
En el verano de 2005 fue fundada en la 5ta Avenida habanera la Carpa Trompoloco, bautizada así en homenaje al famoso payaso cubano Erdwin Fernández. Con capacidad para casi 2 000 personas, se le incorporó este año un sistema de climatización y otros nuevos de audio y luces, una pista cuadrada, tabloncillo de madera, diseños novedosos y gradas con mejor visibilidad.

Los trapecistas norteamericanos Garrett y Sadie obtuvieron una mención. Foto: Cortesía Comité Organizador

 
Fue una preparación para el verano y el Festival Internacional Circuba, este 2015, en su edición catorce, del 8 al 13 de julio en La Habana y luego realiza un periplo por más de 14 ciudades de 9 provincias de la isla hasta culminar el 6 de septiembre. Es una ocasión especial no solo para los espectadores, sino para los propios artistas que pueden aproximarse a lo más contemporáneo del arte circense internacional.
 
En esta ocasión participaron cerca de 80 artistas extranjeros y más de 20 de sus actos tomaron parte en competencia de esta fiesta del circo.
 
Circuba 2015 se inició de manera desacostumbrada, con una Gala en la Sala Avellaneda del Teatro Nacional denominada La Colmenita se va al Circo. Carlos Alberto Cremata, director del grupo infantil, y Germán Muñoz, del Circo Nacional, asumieron la dirección artística y puesta en escena del espectáculo.
 
Ellos convirtieron el escenario en locación para una competencia entre personajes infantiles cubanos, Elpidio Valdés y el Capitán Plín. Ambos bandos se desafiaron con los números circenses que habían soñado, asumidos por los artistas de la Compañía Havana del Circo Nacional de Cuba.
 
Esta catorce edición contó con un prestigioso jurado presidido por el británico Laci Endresz, director artístico del Blackpool Tower Circus, y otro de crítica e imagen, conducido por la actriz cubana Blanca Rosa Blanco.
 
La Gala de premiación (13 de julio), coherente y dinámica, tuvo una duración de 30 minutos y confirmó como máximos ganadores a las jóvenes estrellas de la Compañía Havana con sus impactantes números en múltiples especialidades, entre ellos la báscula acrobática, barra rusa, contorsiones, columpio acrobático y trapecio volante, con el clásico triple salto mortal.
 
La barra rusa de la Compañía Havana conquistó el codiciado Grand Prix y el Premio del Público, ente otros seis galardones. Estos espectaculares acróbatas, tres muchachos y una muchacha, con su arriesgado y excepcional número, merecieron también el premio del Circo Qimper, de Francia, consistente en un año de trabajo en sus instalaciones en 2017.
 
El dúo colombiano Requiem, de gimnástica aérea con cintas, integrado por José y Gaby, por su seguridad y compenetración, alcanzaronla Carpa de Oro (ex aequo con la báscula acrobática de la Compañía Havana).
 
El premio Circuba a la Originalidad, que por primera vez entregó el Festival, fue para la malabarista rusa, Diana Stepánova, de sólo 17 años, del Rosgoscirk (Circo Estatal Ruso), quien, además, implantó en La Habana el record mundial de manipular y mantener en el aire nueve aros a la vez.
 
A la rusa Stepánova la dedicación a los malabares le llega por herencia, pues ella es la tercera generación de una familia entregada a esa habilidad.
 
El jurado entregó además varias menciones: al dúo de gimnástica aérea con esferas Cirko Alebrije / México; Luca Morrocchi / Italia; Christian Salinas / México; Dúo Un café de mañana / Brasil y al dúo de trapecistas Garrett y Sadie / Estados Unidos.
 
No hay dudas que el circo, un evento milenario, representa una importante parte de la cultura humana, con sus presentaciones dedicadas a la diversión para toda la familia, la cual disfruta de esos espectáculos que combinan diversas artes, teatro, danza, malabarismo, acrobacia, contorsionismo o equilibrismo y el humor de los payasos, pilar fundamental de este arte.
 
La alegría y el color que se encuentran en cada función forman parte de la historia del circo. Dentro de las carpas se vive un mundo fantástico.
 
No se diga más, es el hechizo del circo…

La Colmenita…se fue al Circo. 

El dúo de los magos e Ilusionistas Sixto y Lucía obtuvieron el Premio de Bronce en el 8vo. Festival Internacional de Arte Circense Echo of Asia, en Astaná, Kazakhstán con su acto de quick change (cambio rápido de vestuario). Podrán ser vistos en la cartelera final de Circuba en teatros de Matanzas. Foto: Ruscircus

(Tomado de Granma)

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