Trasluce en sus obras la energía puesta en cada una de ellas; conecta la respiración a la acción antes de concretar el trazo y se entrega al sumi-e, expresión de las artes plásticas de fuerte y antiguo arraigo en Japón, en un vínculo de profunda espiritualidad creadora.
La uruguaya Etel Margarita Bacigalupe di Fabio es la artífice de la muestra de pinturas Expresión del sumi-e en Cuba y Trópicos universales, expuesta en la Galería de Artes Boulevard, de Cienfuegos, que también integra un conjunto de acuarelas, cuyo acento común está sintetizado en la relación del ser humano consigo mismo y con la naturaleza. Es la simbiosis entre la técnica y la espiritualidad; el trazo y lo emotivo en pos del mejoramiento humano a través de su entorno.
Di Fabio supera en cada una de sus obras al arte en sí mismo, para convertirlas en una filosofía de vida de tendencia orientalista, de cuya ejecución/contemplación emana el equilibrio del presente. Está justificado, por ello, el predominio del paisaje desde una óptica y códigos de lecturas diversas, de una estética estrictamente personal, que sin rodeos aprehende el alma de las cosas abreviadamente, en imagen minimalista y esencial de la realidad con sagacidad, sentido de lo esencial; intuitiva, lúcida y aguda.
Tonalidades grises, sepias, azules en el sumie-e, otras más diversas pero pálidas en sus acuarelas, predominan en las piezas de esta artista radicada por un año en la ciudad de Takamatsu, Japón, donde por vez primera se adentra con la pintura sumi-e (sumi significa tinta, y e, cuadro), para luego perfeccionar el aprendizaje de esa técnica hasta graduarse de la Escuela de Bellas Artes de Ottawa, Canadá, donde recibió instrucción de la profesora Tomoko Kodama.
Cienfuegos se prestigia, pues, de tener el conjunto de una creadora de valía, no solo demostrada en cada cuadro, sino en una demostración práctica, realizada en le inauguración de la expo en esta sureña ciudad, donde sobrecogió a los espectadores y no dejó margen a dudas acerca de su destreza.
Y casi cuesta creer, de no haber sido testigo del hecho, la fuerza expresiva de esa mujer menuda, que con la naturalidad que aporta lo auténtico, tomó pincel y demás materiales para dejar ante quienes le observábamos, testimonio de creatividad. Primero, el instante de concentración imprescindible para comenzar su ejecución (la técnica interactúa con la respiración) y al instante, encontrar como por arte de magia el trazo firme, enérgico y a la vez elegante y refinado, con la sagacidad que aporta el talento, la constancia y la sensibilidad.
Según declaró a CINCO de Septiembre digital, Etel Margarita Bacigalupe di Fabio, quien acumula más de cinco exposiciones en Cuba, el sumi-e es una técnica capaz de aportar a la sensibilidad de quien la ejecuta, toda vez que proporciona serenidad, en tanto deviene un ejercicio para encontrar la paz interior a partir de la respiración y el silencio.
Sus creaciones han recorrido galerías y espacios en Uruguay, Estados Unidos, Japón, Canadá y Cuba, entre otros. En La Habana presentó su obra en sumi-e junto al premio Nacional de las Artes Plásticas, Nelson Domínguez.
De acuerdo con el parecer de la artista de la plástica Hanna G. Chomenko, aparecido en El Caimán Barbudo, Etel «no solo da muestras de la vitalidad de su oficio, sino de su constancia y entregas a un camino espiritual de mejoramiento humano y comunión con la naturaleza (…) su actitud estética hacia los motivos que escoge, lanza al público de un primer nivel perceptual denotativo hacia un segundo nivel connotativo».(Tomado de 5 de septiembre)
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