Imparten en biblioteca cienfueguera primer curso de verano para aprender Braille

Nueve cienfuegueros videntes comprenden y pueden auxiliar a quienes perdieron la visión, a través del sistema de escritura y lectura “Braille”.

Menos de un mes, en dos sesiones semanales, les tomó para adquirir las habilidades en el curso habitualmente impartido para personas débiles visuales o ciegas totales, pero que vez en una modalidad de verano, se impartió en la Sala Especial para Ciegos y Débiles Visuales de la Biblioteca Provincial “Roberto García Valdés”.

 

¿Por qué videntes interesados en esta técnica?, preguntamos a Alexis Sarria Gascón, invidente de nacimiento, “Cada quien tiene sus propias motivaciones, responde quien ha dedicado más de 15 años de su vida a la enseñanza de estos signos como especialista de la sala.

El braille es un sistema conocido también como cecografía, pensado para personas ciegas, e ideado por el francés Louis Braille a mediados del siglo XIX, luego de quedar invidente debido a un accidente durante su niñez mientras jugaba en el taller de su padre.

Amaya, un niña de sólo 10 años, estaba ávida de conocer cómo aprenden las personas que carecen del sentido de la vista”. Otros dos adolescentes; una de doce años y otra que cursa ya el octavo grado en la enseñanza media, tenían similar curiosidad y la sensibilidad suficiente para aprender una herramienta útil a los invidentes desde 1825, y con la que ellos pudieran ayudar a sus semejantes.

“Ellos aprenden primero el abecedario y luego a leer, mirando,- aclara Alexis-, porque las yemas de su dedos no tienen el desarrollo táctil de las de un ciego; pero con la práctica, pueden llegar a hacerlo muy bien, y sobre todo enseñar a otras personas, como Geima García, una de las nueve graduadas del curso y estudiante de tercer año de Psicopedagogía”.

No se trata de un idioma. El braille es un alfabeto con el que pueden representarse letras, signos de puntuación, números, símbolos científicos y matemáticos, la música y hasta aprenderse informática.

Alexis les enseñó sus principios: las celdas de seis puntos a relieve organizados como matriz de tres filas en dos columnas que se enumeran de arriba a abajo y de izquierda a derecha y con los que se pueden obtener hasta 64 combinaciones diferentes..y como resultados las palabras.

Con su conocimiento Lázaro Máximo Hernández, profesor de la Escuela de Idiomas, planea ya cómo impartir un curso de inglés en Braille para los ciegos y débiles visuales de la provincia.

“Todo un desafío, comenta Alexis, porque ya estaríamos hablando de Braille en segundo grado, o sea, aprender el abecedario básico en lengua materna es el primer grado, pero un idioma extranjero, es un estadio superior…en el que por supuesto que me anoto”.

Cuatro técnicas básicas para caminar con el bastón, otras para guiar al invidente como la “tenedor”, señales con las que ayudarles a esquivar obstáculos en el terreno, fueron complementos adicionales de movilidad en el espacio que los nueve graduados aprendieron durante aproximadamente tres semanas en un curso sin precedentes: en el que videntes aprendieron cómo escribir y leer en braille. (Tomado de Perlavisión)

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