En 1839, a veinte años de fundada la colonia Fernandina de Jagua, se patentaba en Europa uno de los inventos que revolucionó el siglo xix: la fotografía. Muy impresionados debieron quedar los fotografiados al ver sus imágenes en diferentes soportes, lo cual presentaba a los fotógrafos como una suerte de magos, hombres de avanzada. Los mejores trajes, regias posiciones, accesorios que reforzaban la identidad de los modelos, la constante aparición de nuevas técnicas y la amplia variedad de ofertas, matizaron este negocio en aquella centuria.
No fue diferente en Cienfuegos, cuyo pujante desarrollo económico basado en la industria azucarera y en el agitado comercio tenían como plataforma una bahía conectada con diferentes puntos de Europa y los Estados Unidos. Por ella no solo se recibían mercancías, sino también una fuerte carga de actualidad tecnológica y cultural. De esta manera, Cienfuegos −así nombrada y con título de villa desde 1829− se revelaba como un interesante lugar para foráneos, quienes a la vez de enriquecer su composición social, la mantenían actualizada de las últimas novedades mundiales.
De igual manera la fotografía, con su forma rápida de reproducir la imagen individual o colectiva, hizo presencia y se popularizó en la villa. Fotógrafos como Jacinto de la Cotera y Consejero, Carrillo, Rovinson y Storer, Efesio de la Cotera, Emilio Álvarez, Francisco Govela, Inés Roig, José Carbonell, Mariano González Blanco, Salaya y Roig o los norteamericanos Chute & Brooks o Gurney O’Tero & Smith, de paso por la ciudad, son muestra de ello.
Es de Jacinto de la Cotera y Consejero, de quien hasta el momento, se han encontrado las primeras referencias de un trabajo fotográfico en la localidad. Así, se convierte en un personaje indispensable cuando se quiere comenzar la historia de la fotografía en Cienfuegos.
Nació en Lebeña, provincia española de Santander, el 11 de septiembre de 1832. Fue bautizado con el nombre de Jacinto Gabriel de la Cotera y Concejero[1]. Muy joven vino a esta ciudad donde estableció una fotografía. Ocupó buena posición social[2]. La primera reseña encontrada de sus servicios apareció en el año 1858: “retratista al óleo, miniaturista, fotografía, ambrotipo y demás procedimientos modernos, se ofrece de nuevo a sus amigos y favorecedores en su anterior morada calle de Hourruitiner frente a la Palma. A fin de corresponder al deseo de varias personas, ha traído un bonito surtido de alfileres y relicarios de oro de los mejores que se hallan en la capital. También retratará cadáveres, y saca copias de toda clase de retratos o cuadros”[3].
Con esta nota se puede establecer desde cuando estaba en Cienfuegos el joven pintor y fotógrafo, en aquel momento con veinticinco años de edad. Desafortunadamente, hasta hoy no se han identificado imágenes realizadas en esa primera galería.
En 1861 ya existían en la villa “dos retratistas al óleo y daguerrotipo”[4], y no sería erróneo afirmar que uno de ellos era Cotera, pues desde hacía tres años trabajaba en este giro. “Galería Fotográfica de Jacinto de la Cotera, Santa Elena número 27. Retratos al óleo, fotografía, ambrotipo y nuevo procedimiento con reales privilegios concedidos por SS. MM. en Madrid el 14 de noviembre de 1860. Nuevamente reformada esta galería contando con los mejores aparatos además de haber adquirido los que tenían los Sres. Rovinson y Storer, cuenta con la cooperación del Sr. Carrillo, fotógrafo que tenían dichos Sres. y un completo surtido de efectos de todas clases. También se han adquirido todos los negativos que los Sres. Rovinson y Storer han hecho, y se sacarán las repeticiones a doblón la docena. Se venden efectos de fotografía.”
Así reflejó el periódico El Fomento, en enero de 1865, los trabajos que realizaba Cotera, ahora en la nueva dirección de Santa Elena 27. Además, se había agenciado la cooperación del desconocido fotógrafo Carrillo, por lo cual eran como mínimo dos, los trabajadores de este nuevo establecimiento. De interés además que no solo realizaba fotografías, pues en su taller también se podían adquirir efectos de fotografía, una muestra de lo multifacético de su negocio.
El 15 de julio de ese año, el periódico El Telégrafo promovió los servicios de un nuevo gabinete fotográfico, una sucursal de Gurney O`Tero & Smith de New York en Cienfuegos. Establecida “en la calle Santa Elena esquina a la de Santa Isabel, n.O 36, una cuadra más abajo de la Galería de D. Jacinto Cotera.” Ello debió importunar a Cotera, pues la instalación de los norteamericanos estaba a solo una cuadra de la suya.
Sin embargo, el hecho de que su establecimiento fuese el punto de referencia para el nuevo gabinete fotográfico, demuestra cuán reconocidos eran los trabajos de Cotera. Y si tomamos literalmente “una cuadra más abajo” y vemos la pendiente de la calle Santa Elena desde De Clouet hacia San Luis, se podría ubicar el establecimiento de Cotera en las cercanías de la esquina de Santa Elena y De Clouet, a tres cuadras de la entonces Plaza de Armas.
Por otra parte, el periódico El Telégrafo también consigna en otra de sus páginas que el fotógrafo –Cotera– era profesor en la Escuela de Colón, aunque no especifica la materia que impartía el peninsular. No es de extrañar que fuera dibujo, por cuestiones afines a su profesión; o sea, que al tiempo que atendía su negocio, también impartía clases, como una muestra de su versatilidad.
Tres años más tarde, en 1868, se encuentra en el periódico El Fomento otro anuncio sobre el quehacer de Cotera: “¡Novedad en Fotografía! Asociado al Sr. Storer cuya perfección en los trabajos es ya bien conocida en esta población, podemos ofrecer desde esta fecha los hermosos retratos sobre porcelana, que a la mayor duración que ningún otro es más hermoso por su transparencia y finura. También contamos con un moderno y variado surtido de marcos y demás artículos de arte y como antes, se harán retratos al óleo, acuarela y demás procedimientos modernos; copias de todas clases y vistas de todos tamaños. Horas de trabajo, de 8 a 3 de la tarde”. Es interesante esta asociación con Storer, uno de los miembros de la Sociedad Rovinson y Storer a los que había comprado aparatos para su trabajo. Además, destacan sus incursiones en los retratos sobre porcelana y las vistas de todos los tamaños.
En 1871 aparece en el periódico Diario de Cienfuegos la referencia, por primera vez, a la realización de “ferrotipos”, de llegada un poco tardía a la ciudad, pues la invención del soporte metálico data de 1853. En ese mismo año, Jacinto de la Cotera aparece como uno de los mayores contribuyentes al impuesto sobre la propiedad territorial de Cienfuegos, ejemplo de la buena marcha del negocio.
Otro cambio de ubicación de la galería fotográfica lo encontramos en 1873. La prensa refiere: “Galería Fotográfica de Jacinto de la Cotera, San Carlos 80, entre la Sucursal del Banco Español y la peletería de los Sres. Quirós y Bellas. Fotografías de todas clases y tamaños, tarjetas y porcelanas, iluminaciones y pinturas al óleo, cuadros, cajas y paspartús, vistas grandes y estereoscópicas. Deseando montar un establecimiento que correspondiese a los adelantos del arte e incremento de la población, no he omitido medios tanto en la parte de fábrica como en sus accesorios y al ofrecerme en el nuevo local a mis amistades y al público en general, trataré como siempre, de corresponder a la protección que he recibido. Se sacarán copias de toda clase de retratos, vistas de edificios y fincas, para lo que cuenta con gran surtido máquinas y efectos. Hora de trabajo de diez de la mañana a cinco de la tarde.”[5]
El trasladado de Santa Elena 27 a San Carlos 80 responde a una mejor ubicación en el trazado comercial de la villa. De este momento se conservan fotografías cuyo soporte rígido fue realizado para la galería de Santa Elena 27; sin embargo, para aprovechar el material, el fotógrafo reemplazó la vieja dirección con un pequeño papel que contenía la nueva ubicación. Se incluyen en sus servicios las “iluminaciones”, de las cuales han llegado a nuestros días algunos ejemplares y las imágenes estereoscópicas. Es apreciable el poco tiempo que transcurrió desde la apertura de este establecimiento en la calle San Carlos y de la actualización tecnológica del mismo. Su horario había cambiado, quizás por otros compromisos de trabajo, aunque mantuvo la misma cantidad de horas de servicio. Destacar la realización de fotos de paisajes urbanos y campestres, podía ser complicado, por el control de la luz y el movimiento de las personas en las calles.
El año 1875 fue de gran importante para Jacinto, pues fue electo concejal del Ayuntamiento[6], cargo que reforzó su posición en la sociedad cienfueguera. Sin embargo, la política no lo apartó de la fotografía y otra vez realizó Cotera nuevos cambios en la ubicación de su establecimiento.
Así lo reflejó el Directorio Comercial de la Isla de Cuba de 1883-1884: “Galería Fotográfica de Jacinto Cotera en San Carlos 37, frente al costado de la Iglesia. En este antiguo establecimiento se hacen toda clase de retratos en fotografía según los procedimientos más modernos aplicaciones con la cámara, color y vistas de todas clases y tamaños. Retratos al óleo, pastel y toda clase de iluminaciones, contando también con un gran surtido de cuadros, todo a precios equitativos”. Además del texto, de gran interés resulta la ilustración del edificio que lo acompaña.
De dos plantas, la construcción neoclásica se localizaba casi en la esquina de San Carlos y Santa Isabel, a pocos pasos de la Plaza de Armas. El cliente podía apreciar en la vidriera las ofertas del taller al cual accedía por amplias puertas y en la planta alta un balcón corrido era un excelente espacio para apreciar el movimiento de la zona. Un gran texto en el frente del inmueble identificaba el negocio “GALERIA DE J. COTERA” y en el costado del segundo piso otro decía: GALERIA FOTOGRAFICA DE JACINTO COTERA. Esta es la última de las cuatro galerías identificadas de Cotera, en la entonces villa de Cienfuegos. Al estudiar las imágenes que se conservan de Santa Elena 27, San Carlos 80 y San Carlos 37, se puede observar la reiteración del mismo telón de fondo y mobiliario en los distintos locales.
En 1885, el fotógrafo fue electo Cuarto Teniente Alcalde del Ayuntamiento, cargo que dos años más tarde le fue ratificado. Cotera, el primero de ese apellido en Cienfuegos[7], se casó con la Sra. Matilde Cabrera Ducondray y de este matrimonio nacieron seis hijos nombrados: María Josefa, Félix, Enrique, Matilde, Felipe, Alfonso, Juan Pedro y José. Es importante señalar la existencia en Cienfuegos de otro fotógrafo en el siglo xix de igual apellido y origen: Efesio de la Cotera, sobrino y al parecer también discípulo de Jacinto.
El 4 de marzo de 1893[8], falleció en La Perla del Sur, Jacinto de la Cotera a la edad de sesenta años. Pintor, fotógrafo, maestro y político, hombre que se movió en la vida cienfueguera con éxito, sorteando la competencia de otras galerías. Se mantuvo en el negocio de la pintura y la fotografía por más de veinticinco años.
Muestra de los trabajos fotográficos realizados por este santanderino, en los formatos carta de visite y cabinet se conservan en el Museo y Biblioteca Provinciales de Cienfuegos como legados de un hombre de avanzada, una suerte de mago que detuvo en superficies sensibles, la vida cienfueguera del siglo xix.
David Liestter Martínez Ramos.
Investigador de la Oficina del Conservador de la ciudad de Cienfuegos.
[1] Libro de bautizos del año 1832 de la Iglesia Parroquial de Lebeña, folio 148v y 149.
[2] Luis Bustamante y Fernández: Diccionario Biográfico de Cienfuegos. Imp. R. Bustamante. Cienfuegos 1931. p. 54.
[3] Hoja Económica, jueves 21 de octubre de 1858.
[4] Enrique Edo y Llop: Historia de Cienfuegos y su Jurisdicción. Imprenta ÚCAR, GARCÍA y CÍA. La Habana, 1943. p. 216.
[5] Diario de Cienfuegos. Viernes 10 de octubre de 1873.
[6] Bustamante y Fernández. p 54.
[7] Bustamante y Fernández, p 54.
[8] Registro de la Propiedad del Este. Tomo 2, Folio 134v, Finca 77.
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