La crítica premiará lo mejor de la producción editorial del 2014

De raigal significación resultan los premios de la Crítica literaria y de la Crítica científico-técnica, que otor­ga el Instituto Cubano del Libro con el propósito de estimular tanto la creación de los autores como el tra­bajo de las editoriales cubanas durante el pe­riodo de un año. El  primero de ellos va dirigido a los títulos literarios o ar­tísticos mientras que el segundo, a los más significativos títulos de carácter científico y técnico.

Próximo a otorgarse el 19 y el 20 de octubre, en el contexto del Día de la Cultura Cubana, los respectivos presidentes de los jurados, Fran­cis­co López Sacha y Rafael Acosta de Arriba accedieron a conversar con Granma.

 

Sobre el premio de la Crítica literaria, López Sacha destacó que la im­por­tancia está en el establecimiento de una jerarquía literaria en Cu­ba, y re­firió que serán diez los libros premiados de entre más de cien títulos,  que fueron decantándose du­ran­te tres me­­ses de trabajo hasta llegar a la se­lección final.

—¿Cómo se organiza el premio?

—A partir de este año el Círculo de la Crítica es el encargado de organizar el Premio de la Crítica, con el apoyo del Centro de Promoción Li­te­raria Dulce María Loynaz. Esto per­mite que la responsabilidad total del certamen recaiga en los miembros de ese Círculo. Todas las editoriales presentan sus catálogos de libros publicados durante el año. Lue­go los miem­bros del jurado comienzan a leer y hacen su selección, en el orden que ellos estimen. Más tarde se reúnen y deliberan y de ahí sale la lista final de libros que serán premiados. De acuerdo con las nuevas bases, se pu­blicarán en La Letra del Escriba los votos particulares de cada jurado para garantizar la transparencia del trabajo realizado.

—¿Cómo es la calidad de los li­bros en concurso?

—Ha sido un año muy fructífero para la literatura de pensamiento. Fue muy notable la calidad de los libros de ensayo y de cuentos. Tam­bién se presentaron buenos textos de poesía, novelas y de literatura pa­ra ni­ños y jó­venes.

—¿Qué experiencias pueden ya contarse del trabajo del jurado?

—La particularidad de este año ha sido la función otorgada al Cír­culo de la crítica para elegir entre sus miembros al jurado, eso garantiza que los jurados sean críticos en primer lugar y estén en condiciones de juzgar las obras que se presentan al premio.

“Con respecto al premio de la Crítica científica —no solo referido a las ciencias sociales sino también a las técnicas— se busca prestigiar la literatura científica que también precisa estar bien escrita y cuando la obra está erigida en un lenguaje fresco y ameno merece todo el reconocimiento. La la­bor del jurado, explica Acosta de Arri­ba, también co­menzó para el Pre­mio de la Crítica científico-técnica des­de julio. De 31 títulos en concurso, se­rán pre­miados diez.

La calidad de los textos la valoró de “elevada en sentido general, des­de luego siempre hay irregularidad, pero eso es consustancial a la diversidad de la propuesta. Como ca­si siempre su­cede, hay un grupo re­du­cido de libros que descuellan en­tre la media de la propuesta. El trabajo ha estado marcado por discusiones de rigor, lecturas intensas de los libros y ar­monía en la llegada a consensos en­tre los miembros del jurado”.

“Siempre hay una dificultad in­he­rente al seleccionar un grupo de diez libros entre un cantidad tres veces superior de propuestas, co­mo en esta ocasión, pero las deliberaciones permiten encontrar la luz y buscar la salida a esa dificultad”.

—¿Qué significa que todo el proceso tenga lugar en el  Centro Dul­ce María Loynaz?

—El centro es un facilitador de es­tas funciones del jurado, lo que se agra­dece, pues funciona como un apo­­yo a las deliberaciones. Cual­­­­quier duda, cualquier antecedente es aportado por ellos. Lo de­más co­rre a cuenta del jurado, quien se hace responsable de las decisiones.

(Tomado de Granma)

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