El resultado tiene siempre detrás un esfuerzo anónimo. Nadie exclusivamente solo llega hasta la cima. A veces colaboran muchos; otras, al menos un hombro sirve de apoyo al que la emprende. Con las obras –díganse puestas escénicas, majestuosas esculturas, películas…– sucede igual. Las espaldas de la creación tienen nombres muy valiosos. Entre ellos se encuentra Miguel Mendoza, productor cinematográfico, fundador del Icaic, quien falleció este domingo a la edad de 76 años.
Cintas como Soy Cuba, dirigida por Mikhail Kalatozov, con guion de Evgueni Evtushenko y Enrique Pineda Barnet, y considerada hoy como una obra maestra, contó con la producción general de Miguel Mendoza, labor que compartiera con Simón Mariajin. Cuando aceptó la encomienda –que implica ser el representante legal de la obra y avalar los aspectos organizativos y técnicos del trabajo– contaba con 21 años. También se desempeñó como tal en películas como Memorias del subdesarrollo, La primera carga al machete y Fresa y chocolate.
Su entrega apasionada a la institución de la que fuera fundador y en la que llegara a ser Director de producción, lo hizo gradualmente ocupar diversos puestos hasta conseguir finalmente el de productor de cine.
La faena laboral de Mendoza, miembro de la Uneac, alcanzó también series televisivas, spots comerciales, videoclips, largometrajes y mediometrajes de ficción y su magisterio lo llevó a impartir cursos sobre el trabajo productivo. Los Estudios de la Cinematografía Educativa del Mined tienen desvelos que agradecerle a Mendoza.
Justo cuando el ICAIC celebra su aniversario 60, dice adiós este hombre que mereció recientemente el Premio Nacional de Cine, junto a otros dos colegas suyos: el director de fotografía Livio Delgado y el sonidista Jerónimo Labrada. Sin embargo, la huella de su trabajo es imborrable y se hará nítida cada vez que una de las obras a las que entregó su pasión ruede nuevamente frente a las pantallas.
(Tomado de Granma)
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