Premio de Poesía La Gaceta de Cuba para Luis Lorente

El Premio de Poesía La Gaceta de Cuba llevó adelante su XXV convocatoria a pesar de la compleja situación epidemiológica generada por la Covid-19 dentro y fuera del territorio nacional.

El jurado lo integraron los escritores y editores: Norberto Codina, Arturo Arango y Jamila Medina, quienes, por unanimidad, decidieron otorgar el Premio a Oda para la brevedad del año dieciocho, del cardenense Luis Lorente, «por la intensidad rítmica y emotiva con que rememora y nos conduce desde otros tiempos de esplendor y extravío hasta el baile siempre extraño, aunque indeclinablemente encantador, de los días presentes. Por esa versificación que nos arrastra consigo con soltura del alejandrino a la línea libérrima, a la par que intercala giros de metro y tono sorprendentes, que obligan a ahondar en las capas de lecturas de los textos, así como a contemplar las fisuras del ser (nacional, íntimo, abstracto)».

Habitualmente el laureado participa en el Festival de Poesía celebrado cada año en Medellín Colombia, por la Corporación de Arte y Poesía Prometeo, que desde su fundación en 1995, auspicia el Premio La Gaceta de Cuba, sin embargo, dadas las circunstancias, ese Festival se llevará a cabo de manera virtual, por lo que el ganador asistirá a la edición del 2021.

Asimismo, se otorgó Primera Mención a La oración del coco y el bambú, del habanero Raydel Araoz y Mención a Work in Progress, de Javier L. Mora, de Bayamo. De igual forma se concedió la Beca de Creación Prometeo a Una ópera China, de Martha Luisa Hernández, de Guantánamo y menciones a sendos cuadernos aspirantes a dicha Beca: Peewee, de la pinareña Ismaray Pozo y Psicología inversa, de la camagüeyana Evelin Queipo.

En esta edición solo se recibieron los cuadernos vía correo electrónico, a la vez que se prorrogó el plazo de admisión, lo cual contribuyó a que aumentase el número de poemarios a competir, llegados desde casi todo el país, donde, según el dictamen del jurado, se reflejan «repasos cruentos o existenciales de la cotidianeidad, asaltos a parajes y personajes de la invención, memorias aún si enfriar de la Covid», evidencias de que no se han detenido ni la cultura ni la vida en la Mayor de las Antillas.
(Tomado de Granma)

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