¿Qué alguien me diga si hoy día puede divertirse a plenitud en los centros nocturnos cienfuegueros? Sólo un género musical prima durante más de dos horas en el Club Benny Moré, así como en otras instalaciones recreativas de la ciudad.
Los altos decibeles atacan al cuerpo humano por el impulso y las ondas que emanan los bafles ubicados en un área no muy amplia para el
esparcimiento del público.
Dos o tres CUC la entrada y ninguna recompensa.
Una política musical irrespetada por los llamados DJ que apelan a criterios de selección bien errados sobre la cancionística cubana.
Incumplen el 80 por ciento de títulos nacionales y 20 de internacionales, ¿el error? en la difusión del único género con que rematan el mayor
porcentaje de temas que ofertan al pueblo.
También en el cabaret Costa Sur el grupo extrahotelero Palmares jerarquiza en su programación la presentación en ese escenario de grupos y
solistas reguetoneros.
Son horas de reguetón denigrante con letras que aluden a la mujer como objeto sexual, canciones que incitan a la violencia, presupuestos contrarios a los valores que en la actualidad se pretende incentivar entre los jóvenes, principales asistentes a estos espacios nocturnos.
Si al menos emitieran los mejores exponentes de este género, pero ni eso, solo escuchamos los defensores más desconocidos por los medios de
difusión masiva.
¿Dónde quedó la música popular cubana? La salsa, la rumba, la timba, la trova, el songo.
¿Y el resto de los ritmos que dignifican esta región del continente? La cumbia, la kisomba, la soca,el calipso, la lambada, el reggae.
¿De qué manera educamos los oídos que ahora nacen? ¿Cómo cultivamos con estética los gustos musicales?
De seguir apelando a los reclamos de una mayoría que goza del reguetón, estamos impidiendo el paso a la identidad cultural.Lo masivamente
aceptado no es necesariamente lo correcto o lo cierto.(Tomado de RCM)
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